martes, 27 de marzo de 2012

Sostiene Pereira

"Tabucchi fue para muchos jóvenes italianos su primera relación sentimental con la literatura".


Sostiene Pereira que lleva días sin querer levantarse de la cama, que ya está todo hecho. Que el último domingo, en lugar de dar el habitual paseo hasta el Chiado se demoró en su maltrecho piso leyendo unos artículos, y al bajar por fin a la calle a deshora la portera llamó su atención y se lo dijo, están hablando de don Antonio en el noticiario, y él contestó, no puede ser, de escritores sólo hablan cuando alguno gana el Nobel o cuando…

Sostiene Pereira que lleva días sin querer levantarse de la cama, que no es capaz de pensar en ninguna necrológica más, y menos en la suya, que no estaba escrita con antelación porque tal cosa hubiera sido un desaire, que no pudo encargársela al joven Monteiro Rossi ni puede ahora; en cualquier caso redactar un obituario a toro pasado es de muy mal gusto, sostiene Pereira.

Sostiene Pereira que Lisboa ya no es lo que era, que le abandonaron las ganas de escapar a Francia porque Francia está como Lisboa, abotargada, y que en Italia es aún peor y en España hasta se diría que sigue la guerra. Sostiene Pereira que al menos hasta el último domingo cabía la posibilidad de encontrarse con don Antonio mientras callejeaba camino del Chiado o fingía leer la prensa sentado en la terraza de A Brasileira.

Sostiene Pereira que lo mejor que podría hacerse, si las autoridades competentes realmente lo fueran, es levantar una estatua a don Antonio, y sobre todo colocarla frente a la de don Fernando; y así él podría dejar de fingir que lee la prensa y dedicarse a tomar café sentado frente a ambos para interpretar su mudo y eterno diálogo, sostiene Pereira.

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martes, 13 de marzo de 2012

Our revels now are ended



Our revels now are ended. These our actors,
as I foretold you, were all spirits and
are melted into air, into thin air:
and, like the baseless fabric of this vision,
the cloud-capp'd towers, the gorgeous palaces,
the solemn temples, the great globe itself,
yea, all which it inherit, shall dissolve
and, like this insubstantial pageant faded,
leave not a rack behind. We are such stuff
as dreams are made on, and our little life
is rounded with a sleep.


“Nuestra fiesta ya ha terminado”. Así puede traducirse esta frase pronunciada por Próspero en La tempestad, de un tal William Shakespeare. Eso se nos dice de un tiempo a esta parte desde las altas instancias del poder, ese poder que no se tambalea ni cambia de manos ni deja de ser obscenamente rico a pesar de la crisis: “la fiesta ha terminado, deshaceos de la ilusión de progreso y bienestar en la que os habíamos dejado creer; guardad vuestro disfraz de acomodados burgueses, ya lo no necesitaréis”. Sin embargo, y siguiendo con la cita de Shakespeare, los palacios espléndidos y los templos solemnes permanecen, indestructibles. Pero nosotros, pobres de clase media, hemos agachado la testuz y admitido el dictamen. Algunos incluso han votado con loco entusiasmo (el entusiasmo no del actor, sino de la marioneta) por el actual y popular cambio a peor.

El único intento de rebelión se inició hace ya casi un año: aquel invierno de nuestro descontento (de nuevo Shakespeare) convertido en el glorioso verano de Sol. La rebeldía se dirigió entonces menos a intentar algún tipo de transformación social digna de tal nombre que a castigar (muy merecidamente) a quienes nos habían dejado a los pies de los caballos, escondidos tras las siglas de un partido otrora con pretensiones revolucionarias. No es de extrañar que los protagonistas del 15M, esos jóvenes españoles sobradamente estafados y además conscientes de su condición de víctimas de la estafa, salieran a la calle para decir basta. Pero no basta. El acceso al poder (al poder nominal) del sector no enmascarado del Partido Único tuvo lugar en noviembre sin siquiera la coreografía de acampadas y manifestaciones que se esperaba. ¿Acaso ha concluido ya la representación? ¿O es que, muy al contrario, somos tan conscientes de la farsa que aceptamos nuestro papel de simples extras, ocasionales actores de reparto que sólo sirven para que la obra siga el guión establecido?

Resulta llamativo que esta palabra inglesa, revels, cuyo significado es festejo o celebración, provenga del normando reveler, es decir, rebelarse. Tal vez esto explique que las movilizaciones sociales casi siempre se desarrollen en tono festivo (a pesar de la gravedad de la situación a la que nos enfrentamos, o precisamente a causa de ella), y que el mayor y más inmediato beneficio de las protestas del 15M fuera que uno se sentía acompañado, identificado, arropado por los demás como acostumbra a pasar en las celebraciones. Aunque me pregunto si, además de la fiesta, la rebelión también se habrá terminado.

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